Por Hugo Freyre
“Mi ilusión es la ilusa que ve salvación,
mi ilusión es mi estrella, mi Dios, mi razón”. Ilusión – Callejeros.
¿Qué es la ilusión? ¿Qué significa estar
ilusionado? En cierto sentido, significa desde mi percepción encontrarse
experimentando un proceso de esperanza y confianza, involucrado directa o
indirectamente en el proyecto y alineado con el sendero que se está transitando.
Estar ilusionado significa estar, en cierta manera, “construyendo” algo. Ese
motor de energía positiva que se abre permite aunar esfuerzos y encolumnarse en
una idea si estamos hablando de un conjunto de personas, lo cual puede llegar a
buen puerto o no, y que en muchas oportunidades queda librado a las vicisitudes
de la vida. No nombré la palabra “engaño” en esta descripción, ya que uno se va
ilusionando y “testeando” la realidad, es decir, las “falsas promesas” no deben
mezclarse en esta definición.
En este artículo, en base a su título, trataré
de enfocarme en cómo se puede transformar la coyuntura en un sendero de mediano
y largo plazo, permitiendo empoderar a la sociedad con esta ilusión a la cual
hacemos referencia, sustentada por un liderazgo fuerte y cimentada en un camino
con un horizonte claro.
Ilusión
en el corto plazo. Desde mi óptica, la coyuntura es
compleja y presenta un panorama sombrío, tanto en materia económica como
social. Desde las múltiples aristas desde donde puede realizarse el análisis,
en el plano económico se encuentra inserto y enquistado el problema de la
inflación, la renegociación de la deuda con los organismos internacionales y el
desafío enorme de reactivar la economía luego de años de estancamiento. En este
esquema es donde aparece la necesidad de establecer un “faro” que ilumine el
sendero por donde transitarán las decisiones del gobierno en los próximos
meses, teniendo claro que la situación de pandemia es un factor de
incertidumbre per se.
A la vuelta de la esquina en materia de tiempo
tenemos las elecciones de medio término, las cuales resultan claves tanto para
el oficialismo como para la oposición, en pos de tener presencia en el Poder
legislativo, ámbito fundamental de debate y clave en un sistema Democrático y
Republicano. Un Poder Legislativo plural donde se representen todas las voces y
sectores deriva en mejores leyes que transformen la realidad.
En este sentido, el desafío para ilusionarse
en el corto plazo reside en establecer políticas económicas consistentes que
permitan a la economía encaminarse en un sendero de baja de la inflación y un
plan que permita brindar previsibilidad a los actores que todos los días toman
decisiones en la economía real, en contrapartida de vivir un período previo a las elecciones con una traicionera sensación de bienestar efímera.
Ilusión
en el largo plazo. Por otro lado, es necesario vivir y
transitar el presente pero mirando hacia adelante. En este sentido, estabilizar
la macroeconomía es el primer paso para construir otro rumbo de país. Desde la
vuelta a la democracia, se han ido dando procesos de marchas y contramarchas,
períodos de crecimiento a tasas chinas, de estancamiento y caída del PIB.
También se produjeron procesos de desmantelamiento del Estado y ciclos donde el
mismo recuperó su rol protagónico. Como la sociedad se encolumnó detrás de un
modelo de país Republicano y Democrático, todo el arco político debe rescatar
los aprendizajes que nos dejaron estos años, para transformar los mismos en
políticas públicas que permitan apuntalar los incentivos correctos para
reactivar todo el potencial que tiene nuestro país.
Ilusionarse en el largo plazo significa apostar por el conocimiento como valor agregado, brindar los incentivos y las leyes para volver a fomentar la creación de empleo genuino, establecer un modelo de desarrollo productivo, brindarle al campo certeza para que pueda tomar decisiones y volver a poner a la inversión como un pilar fundamental para el crecimiento, ya que la mayor cantidad de decisiones requieren previsibilidad y el no cambio de las reglas de juego.
Ilusionarse a largo plazo es construir dejando
de lado fanatismos. El debate político no debe entenderse como una discusión donde
unos ganan y otros pierden, sino mirarlo como un puente donde la solución puede
estar en el medio. Significa, por último, poner al pragmatismo en el centro de
la escena, y que el mismo esté al servicio del bien común.
Para terminar, del mismo tema de Callejeros,
me ilusionó con este párrafo…”Y si llego
a mi fin, intentando seré un vencedor, porque es mejor intentar que morirse sin
sentir tu voz”…
Intentemos construir otra realidad a través
del diálogo y el consenso, ya que de otra forma, será imposible realizar los
cambios estructurales que son condiciones necesarias para ese país que soñamos.
Imágenes:
3) https://www.google.com/search?q=agroindustria&tbm=isch&ved=2ahUKEwiWgdLggITxAhURrZUCHQ3MDjgQ2-cCegQIABAA&oq=agroindustria&gs_lcp=CgNpbWcQAzICCAAyAggAMgIIADICCAAyAggAMgIIADICCAAyAggAMgIIADICCAA6BAgAEEM6BQgAELEDOggIABCxAxCDAToHCAAQsQMQQ1CluAJYod0CYNviAmgAcAB4AIABYogBsgmSAQIxNJgBAKABAaoBC2d3cy13aXotaW1nsAEAwAEB&sclient=img&ei=ZEW9YJa_DZHa1sQPjZi7wAM&bih=601&biw=1366&rlz=1C1GCEA_enAR920AR920#imgrc=b8YR8e-Xp4k3KM
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