Por Hugo Freyre.
“Y ya te han
dicho que es imposible, y lo imposible solo tarda un poco más”. La voz en tu
cabeza - Nonpalidece
Llegamos al último
artículo del año. Sin lugar a dudas, el 2020 será recordado por su desarrollo
inesperado. Atravesado en su concepción por la pandemia, no fue un año más en
el calendario y seguramente será uno de los más recordados. La realidad no es
estática, sino que se construye en un continuo movimiento, y esta dinámica es
las que nos lleva, a pesar de estar saliendo del 2020, ya comenzar a pensar e
imaginar que nos deparara el 2021 (como si pudiéramos hacer pronósticos luego
de que este año derribo esa creencia). Sin embargo, si se puede realizar alguna
aproximación. Vacunación, elecciones, negociación con el FMI y mercado de
cambios seguramente serán algunos de los temas que se encuentren en la agenda
de este nuevo camino de 365 días que comienza.
La confianza
en la estructura. Estructuralmente,
es decir, los cimientos sobre los cuales se construyó nuestro país, presenta grandes
desajustes en sus variables que llevan a que la macroeconomía presente un
escenario donde la coordinación entre las mismas parece ser la clave para
construir una agenda de crecimiento y desarrollo. La columna vertebral del
desajuste es la inflación, ya que la misma no te permite proyectar
ordenadamente, sumado al impacto negativo en el poder adquisitivo, por poner ejemplos
donde la misma se presenta como una enfermedad endógena. Ya aprendimos que no
es fácil de frenar, producto de la inercia que trae, por lo cual es vital
comenzar a construir políticas económicas que vayan en el sendero de bajar la
misma. En este sentido, es clave la estabilidad, reglas de juego claras para
propiciar un ambiente fértil donde las inversiones se instalen en la economía
real generando puestos de trabajo. Como el 5 de un equipo, el mediocampista
central, es necesario parar la pelota y pensar, observar el panorama y ver
hacia donde es más conveniente “jugar”. Solo de esta forma, lograremos realizar
el pase acertado en la dirección correcta.
Nuestro país se nutre de una historia de marchas y contramarchas, de despegues y caídas abruptas, graficadas como un electrocardiograma de un paciente que tiene picos y valles, es decir, la estabilidad no es una característica intrínseca y que defina a la Argentina. En este sentido, ¿Por qué hablamos de estabilidad? La confianza trae estabilidad, y lo pondré como ejemplo en un tema que es tendencia todos los años, meses y semanas de nuestra historia, como lo es el dólar. Muchas veces se escucha la frase “hay que recuperar la confianza en nuestra moneda”. A lo largo de nuestra historia, nuestra moneda ha perdido notoriamente poder adquisitivo, ya que en numerosas instancias se ha utilizado en forma indiscriminada a la emisión monetaria como forma de financiar el déficit, cuestión que ese exceso de oferta de dinero ha impactado en los precios y en numerosas devaluaciones, lo cual se traduce negativamente en el ahorro de aquellas personas que habían decidido atesorar en moneda nacional. En este esquema, está el conocido dicho “el que se quema con leche, ve una vaca y llora”, y estableciendo una analogía “al que lo agarro una devaluación en pesos, ve un billete argentino y llora”. De acuerdo a esto, es vital en lo concerniente a la moneda recuperar su confianza, lo cual es imprescindible para el desarrollo, por un lado, para recuperar la política crediticia, y por el otro, para desahogar la presión en las reservas del Banco Central. En este esquema, es importante respetar la independencia del Banco Central, que establezca objetivos y reglas claras y tenga como estandarte la preservación del valor de la moneda. La confianza, como una casa, se construye y se cuida para que al primer cimbronazo que se presenta no la desmorone. El ahorro en pesos, el desarrollo profundo del mercado de capitales y la política crediticia a largo plazo son deudas que nuestro país tiene y no ha podido saldar. Son deudas para con el crecimiento económico sostenido, ya que un país que carece de estos instrumentos, difícilmente pueda construir una estructura basada en cimiento sólidos. Aprender que ahorrar e invertir es un ciclo que lleva al crecimiento es vital, y la confianza juega un rol central en este esquema.
La confianza
en la coyuntura. Con
tantos frentes abiertos y la pandemia que no da tregua, la coyuntura se divide
en algunas cuestiones que ponen a la sociedad en un clima de incertidumbre. La
confianza es condición necesaria para crecer sostenidamente. Por un lado, la
negociación con el FMI, que entre sus exigencias pedirá un giro hacia la
ortodoxia, es decir, equilibrio fiscal. Por el otro, se viene un año electoral,
donde la mayor premisa por parte del oficialismo parece ser que salarios y
jubilaciones le ganen a la inflación, es decir, recuperar el poder adquisitivo
de la gente, y en este sentido, crecer en base a una agenda sustentada en el
consumo interno. Todo esto, en un macroentorno donde las tarifas y otros
precios de la economía, que permanecen congelados, intentarán empezar a
moverse. Veremos cuál es el escenario que sobresale, ya que será muy difícil
conjugar ambos. En la vida como en la política, hay que tomar decisiones, y
las mismas traen consecuencias.
En todo este
esquema, es donde la confianza juega su partido, ya que no es lo mismo salir a
la cancha con un plan basado en el consenso que tomar medidas aisladas. Los
resultados, en uno u otro caso, serán distintos seguramente. La confianza,
tanto de propios como ajenos, parece ser la piedra angular sobre la cual
empezar a construir políticas que estimulen el consumo, pero a su vez piensen
una Argentina inserta en el mundo y protagonista en el comercio internacional,
y que promueva la inversión para crear empleo. En este sentido, hable de
estabilidad y confianza. Ahora mencionare al consenso como un motor para
impulsar la misma. La foto del Presidente, el Gobernador de la Provincia de Buenos
Aires y el Jefe de Gobierno Porteño fue un claro ejemplo de este tema. Es
primordial, que, a pesar de las diferencias en los colores políticos, se junten
esfuerzos en concretar ciertos lineamientos de aquí a los próximos años, y
aunque sea muy difícil de imaginar, es imprescindible. Es importante, que dicho
esquema de trabajo no se circunscriba solo al aspecto sanitario, sino que se amplié
a todos los temas, como, por ejemplo, educación, economía y seguridad. Es vital,
por últimos, establecer ciertas políticas de Estado que no se alteren a pesar
de la alternancia en el poder.
La
coyuntura se encuentra inmersa en la estructura. Si empezamos a cambiar
cuestiones que tienen que ver con dicha estructura, seguramente la coyuntura
gire. Si se ponen parches a la estructura, la coyuntura quizás cambie, pero
algún día ese parche cederá y tendremos los mismos problemas con peores
resultados. Dando indicios de un cambio de estructura, en paralelo seguramente
se edifique la confianza, como un pilar que sostenga nuestro país. Y de esta
forma, enfrentar la incertidumbre con un activo intangible muy valioso.
Imágenes:
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3) https://www.google.com/search?q=confianza+argentina&tbm=isch&ved=2ahUKEwiri7yNy_jtAhUUBbkGHXnDC_oQ2-cCegQIABAA&oq=confianza+argentina&gs_lcp=CgNpbWcQAzIGCAAQCBAeMgYIABAIEB4yBggAEAgQHjoHCAAQsQMQQzoECAAQQzoCCAA6BggAEAUQHjoECAAQGFDdaljQdGD-eGgAcAB4AIABsgGIAZYHkgEDNy4zmAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWfAAQE&sclient=img&ei=IvXtX6vyA5SK5OUP-Yav0A8&bih=657&biw=1366&rlz=1C1GCEA_enAR920AR920#imgrc=tBhvVZmH7lStnM
1 comentarios:
Cada frase del economista Freyre refleja un conocimiento certero y preciso no sólo de la situación nacional , también de lo necesario para salir , ya no de una coyuntura , sino de una estructura . Este último concepto implica un tiempo muy largo , tan largo que podría aproximarse a una "inmovilidad". Será que está inmovilidad es la que no nos permite avanzar ? O , hay otras fuerzas ",invisibles" que posibilitan está inmovilidad ? .
Como siempre , esclarecedor este artículo .
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