Por Hugo Freyre.
“Lo
más importante en la vida, es que lo más importante sea lo más importante”
Victor Kuppers
El
otro día escuche este juego de palabras donde aparece el término importante en
tres ocasiones. Al principio, no le di tanta importancia a la frase, la tome
como una de tantas, sin embargo, me quedo sonando en la cabeza varios días. Eso
me hizo indagar, y pensar en que era lo verdaderamente importante, y como
muchas veces nos distraemos en el camino, y no enfocamos las energías en este
sentido. Uno es un ser humano, se equivoca y vuelve a empezar, intenta, empuja,
lucha. Sin embargo, a nivel país nos encontramos atrapados en una rueda de la
cual no podemos salir, ya que sistemáticamente caemos durante un determinado
número de años en una nueva crisis, la cual supera a la anterior en términos de
efectos directos y colaterales, y me surgió el interrogante, ¿nos
estamos enfocando en lo importante, o solo nos distraemos en cuestiones
superficiales, no atacando en materia económica y financiera, en particular, el
fondo de la cuestión?
¿Qué
es lo más importante?
Seguramente haya tantas respuestas como gente que lea. Es una cuestión
filosófica, no es una pregunta sencilla de responder, ya que cada individuo
tendrá su punto de vista. Sin embargo, se pueden encontrar puntos en común y
concluir que ciertos temas de los cuales nuestro país no puede solucionar son
de relevancia para el bienestar social. Algunas cuestiones como ser mejorar la
calidad socioeconómica de las personas, bajar el nivel de pobreza, crear
empleo, generar riqueza y apostar a una mejor redistribución de la misma, entre
muchas otras, generan consenso en la gran mayoría de la población, y sin
embargo, son cuestiones que se vienen agravando con el correr de los años. El
primer paso para enfrentarse a una situación crítica, un problema, es
reconocerlo. El segundo es establecer un diagnostico y diagramar diferentes
cursos de acción a seguir en pos de solucionarlos. Por último, la retroalimentación para ver
si los efectos reales de las medidas se encuentran acordes a lo que el policy
maker, es decir, el encargado de llevar adelante las políticas públicas se
encuentran en sintonía con la solución del problema. ¿A que vas con todo esto?
Reconocemos que tenemos problemas estructurales como elevada inflación,
creciente déficit fiscal y que históricamente en este país faltan dólares (o
sobran pesos), sumado a una falta de confianza en nuestra moneda, entre otros.
Sobran diagnósticos, ya que vemos desfilar especialistas de distintas
ideologías con la receta mágica para salir adelante, pero aca viene el punto
donde me detengo, en la ejecución.
Ni
Messi, ni Maradona, todos o nada.
Con respecto a la ejecución, yo no creo en recetas mágicas, en “jugadas
maradonianas o messianicas”. Un superministro de economía no tiene la solución
a todos los problemas, ya que volviendo al primer punto de reconocer el
problema, creo que el mismo por necesidad de consensos, como así también por
integralidad y timing, es una situación Compleja. Hasta que no llegue el
tiempo en el cual se sienten todos en la misma mesa y se defina una agenda de
políticas de Estado, que abarquen más de un período de gestión, empapada de una
discusión sincera y con la decisión genuina de solucionar los problemas de
fondo, seguiremos corriendo en la misma rueda. Si queremos salir de esta
dinámica y entrar en una etapa de prosperidad, es necesario cambiar el enfoque,
ir a lo importante, y no distraerse en cuestiones que solucionan cuestiones
individuales o de un grupo minoritario. No hay mayorías ni minorías, somos un conjunto de personas
viviendo en un territorio soberano, y si queremos tener un futuro distinto nos
tenemos que abrir al consenso. No digo que pensemos todos de igual manera, ya
que ello iría en contra de la naturaleza humana y el sentido de vivir en
democracia, ya que el debate enriquece y construye, sino que se defina que es
lo más importante y en este sentido discutir las políticas que son necesarias
aplicar en este sentido.
Unir los puntos hacia
atrás, ¿Más adelante seguiremos uniendo los mismos puntos?. Volviendo a escuchar el discurso que
dio Steve Jobs en la Universidad de Stanford, dentro de las tantas enseñanzas
de vida que deja en casi 15 minutos, me quede con una de ellas, y es que a lo
largo de su vida y mirando para atrás el unía los puntos que lo habían llevado
a ser quien era en ese momento. En este sentido, como país necesitamos un punto
de inflexión, ya que si miramos para atrás y unimos los puntos, vemos que en
cierto sentido, se repiten ciclos y procesos, tanto de falta de financiamiento,
diversificación de la matriz productiva y caída del PBI per cápita, entre otros
puntos. Este punto de inflexión, tiene que ser de tal magnitud, que permita
reestablecer la confianza en muchos aspectos, tales como nuestra moneda, en las
políticas públicas, entre otros. Solo de esta manera, y por este camino, en un
futuro comenzaremos a unir puntos distintos, puntos que dibujen una época de
mayor prosperidad.
Imagénes:







0 comentarios:
Publicar un comentario