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Thunder

domingo, 12 de abril de 2020


Por Hugo Freyre

Y un día te despertas y te das cuenta que un trueno te sacudió todo. Te sacudió la rutina, por dentro y por fuera. Un trueno de una lluvia que no esperabas y nadie en el mundo realizo la respectiva predicción y la gran mayoría minimizo en una primera instancia. ¿De qué trueno estás hablando? En parte dicha pandemia puede asimilarse en el sentido ya expresado. Un trueno de un alcance fenomenal, nunca antes visto en nuestros tiempos, nacido en China aparentemente, y que viene a derrumbar varios paradigmas actuales. Desde el punto de vista geopolítico, el mundo no volverá a ser el mismo luego de esta crisis, y la economía sufrirá, con una alta probabilidad de ocurrencia, una gran depresión. De la creatividad y la imaginación del mundo dependerá levantarse nuevamente. Nos levantaremos seguramente, pero en un terreno distinto con respecto al cual conocíamos. Un terreno modificado por este trueno.





Un nuevo mundo. El coronavirus tuvo su lugar de origen en China, producto de un animal aparentemente, y se expandió como una ráfaga de viento hacia todo el mundo, pegando muy fuerte en países europeos tales como Italia, España, Francia e Inglaterra, sumado al tremendo impacto que se encuentra sufriendo Estados Unidos. Quizás puede sacarse, como una primera conclusión, que aquellos países que minimizaron el problema o decidieron no enfocar todos los esfuerzos en prevenir, tratando de conjugar un equilibrio con la economía con el objetivo de no debilitar la misma entrando en recesión, tuvieron un incremento exponencial de contagios. Esto claramente agravó la situación sanitaria, colapsando sanatorios y hospitales. En política y economía, cada decisión que se toma tiene la característica de “sabana corta”, donde si se “tapa” una determinada parte del cuerpo se descuida otra. En este sentido, es vital determinar bien las prioridades y trabajar direccionando recursos y esfuerzos en ese sentido.




En este sentido, luego de la crisis, vendrá el tiempo de analizar la nueva conformación geopolítica y como quedan paradas las naciones en materia sanitaria, económica y social luego del advenimiento de dicha pandemia. Todo este análisis, sin lugar a dudas, sin olvidar que detrás de los números de infectados y muertes que salen a luz todos los días hay personas, seres humanos con historias personales y sueños, y detrás de ellas muchas familias que acompañan y sufren.

En el terreno local, enfocando nuevamente el ojo. En el plano argentino, nuestro país arrancaba un nuevo mandato presidencial, con el ojo puesto y enfocado en resolver el problema de la deuda externa. Encontramos una política nacional que cambia obligadamente el enfoque, aplicando política económica heterodoxa, direccionado toda una batería de medidas en tratar de combatir el virus con todas las herramientas sin descuidar a los sectores afectados por el aislamiento social y obligatorio. Nadie, entrando en este 2020 imagino a lo que nos enfrentaríamos como sociedad, tanto a nivel nacional como internacional. Ni el escenario más pesimista preveía el comentado escenario

El nuevo foco se encuentra también en el frente externo, pero tratando de detener a un enemigo que ataca por todos lados, imperceptible y con un tasa de alcance monstruosa. En esta coyuntura, arrancamos con una ventaja no menor con respecto a la situación de otros países, ya que tuvimos como espejo a los mismos, y las consecuencias de determinadas medidas que se iban tomando con sus impactos posteriores. Es decir, evaluando políticas y resultados obtenidos, podemos tener una aproximación hacia donde nos dirigimos y las posibilidades de llegar a destino.

Por otro lado, tanto en el plano interno como externo, se encuentra en debate el tan difícil “punto de encuentro” entre la salud y la economía. En otros términos, sería como sacarle las rueditas a la bicicleta y que la misma siga andando, es decir, no se caiga. Dicho de otro modo, sería el hecho de salir de la cuarentena y establecer una transición gradual hacia las actividades laborales de forma normal, sin que ello signifique un rebrote del virus, es decir, ir monitoreando de manera diaria dicha salida. Esto significa reducir los impactos negativos de la cuarentena en la economía, cuidando lo más importante que tiene un ser humano que es su salud.

Cuando pase el temblor. Como el tema de Soda Stereo, “despiértame cuando pase el temblor”. En este caso sería al revés, debemos anticiparnos, despertarnos antes, durante el temblor. Esta nueva coyuntura nos desafía en múltiples direcciones, tanto a niveles personales como nacionales e internacionales. Un nuevo ordenamiento mundial y una nueva economía emergerán de esta crisis. Adaptarnos al nuevo contexto es el desafío de largo plazo, mientras que en el corto y mediano seguir trabajando en prevención, domar la pandemia y cuidar a los más afectados.

 Un trueno que nos vino a mover todos los esquemas. Thunder


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