Por Hugo Freyre
Esta vez nos corremos del análisis estrictamente político y
económico ya que la coyuntura actual nos plantea un escenario en el cual la
vida misma se enfrenta contra un enemigo desconocido, físicamente imperceptible
y que se lleva por delante lo que encuentra a su paso. Esto es importante destacar,
ya que si no lo encuentra, se detiene. Y que no lo encuentre, depende de cada
uno de nosotros.
Un tema que nos une a
todos. La principal diferencia que tiene este tema con cualquier otro que
se suscita es que en el mismo no existen opiniones encontradas, o veredas
opuestas. De esta situación se sale tirando todos para el mismo lado. Y esta
cuestión, todo el arco político lo entendió de manera rápida, tomando medidas
en concreto que buscan en primer lugar detener la propagación del virus, y por
otro lado, llegar a la mayor cantidad de actores en los cuales repercute este
parate de la actividad económica. En este orden de ideas, al constituir un tema
de salud pública, se intenta frenar el flagelo del contagio para que el sistema
sanitario en su conjunto pueda atender las demandas de los pacientes
infectados. Punto a favor de las medidas tendientes a prevenir, ya que como
vemos en otros países, la enfermedad los agarro con las “defensas bajas” y cuando
quisieron darse cuenta, ya tenían una gran tasa de infectados. En este esquema,
las políticas adoptadas por el gobierno nacional en coordinación con las
provincias y los municipios tienden a que la curva de contagios no sea tan pronunciada y que
“haga pico” en un punto donde puedan atenderse dichas consultas.
Es un tema en el cual no existe división de partidos
políticos ni opiniones, tampoco formas diversas de ver el mundo, sino que el
norte es claro y lo importante es trabajar mancomunadamente para llegar sanos
al mismo.

La reina que nadie
quisó. Dicha reina, en forma de virus, creció en China, para luego
expandirse por todo el mundo. Es una batalla día a día la que se pelea contra
ella, y nadie sabe a ciencia cierta como enfrentarla. Se va aprendiendo a luchar sobre la marcha. Solo una cuestión es cierta, y es que si no entramos en
contacto con otras personas, el virus se puede frenar. El viento a favor que soplo para nuestro continente es que podemos ver los resultados de manera anticipada si no tomamos las precauciones adecuadas. En esta coyuntura, el
mundo entero se encuentra unido bajo una consigna, la cual es “aislarse para
atacar”.
Párrafo aparte merecen todos aquellos que le ponen el cuerpo y la mente a este virus, incluyendo a todo el personal de salud que se encuentra en la
primera línea de batalla y aquellos encargados de los servicios esenciales
incluidos en las excepciones al aislamiento preventivo y obligatorio. A esta guerra se la
pelea, en contradicción con cualquier batalla tradicional, aislándose. “Aislamiento
para atacar”, y de esta forma la reina maldita no encontrara a su enemigo.
Imágenes:
https://www.google.com/search?q=corona+de+reina+maldita&tbm=isch&ved=2ahUKEwjKu7DviLLoAhWhCbkGHbggBfEQ2-cCegQIABAA&oq=corona+de+reina+maldita&gs_l=img.3...747.2022..2281...0.0..0.518.2018.2-2j0j1j2......0....1..gws-wiz-img.......0j0i8i30.bYTzPtE2EK8&ei=F3F5XorUO6GT5OUPuMGUiA8&bih=625&biw=1366&rlz=1C1LENN_enAR481AR481#imgrc=EFow1wEBYKRAKM
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