Por Hugo Freyre
“Los hermanos sean
unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo
que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”. Josè Hernández

Volvimos al fondo. Si
llegamos al punto de tener que volver al Fondo Monetario por un auxilio que nos
permita seguir en juego para sortear una crisis aún mayor es culpa
exclusivamente nuestra. No hay que buscar otros culpables, sino que la
respuesta se encuentra adentro. No supimos como volver al equilibrio, entonces,
acudimos afuera. Sin embargo, como nosotros no supimos volver, quedamos atados
a las directivas que nos impongan para volver. Es así: Acomodas tus finanzas por voluntad
propia o te hacen acomodarlas. Lamentablemente, otra vez nos tienen que acomodar. Yo te presto, pero vos tenes que hacer el esfuerzo para devolverme tanto el capital como los intereses. Lo que se hizo, en cierto
sentido, es comprar tiempo. El gradualismo tiene estos riesgos, si se corta el
financiamiento, el país tiende a tambalear, y esta corrida fue un aviso.
Cuando hay un préstamo de por medio, la parte prestataria conducirá todos sus
esfuerzos a cobrar y se asegurara que se apliquen todas las políticas en ese
sentido.
Las finanzas se
mueven por ascensor, y la economía real por escalera. La corrida cambiaria
puede entenderse como una crisis financiera, un problema de falta de liquidez.
Como una empresa que quiebra por falta de capital de trabajo, a pesar que
económicamente se encuentre sana, un quiebre en las finanzas puede dejarla
fuera de juego. Ante un vencimiento, si la gente detecta que el país no tiene
los recursos para hacer frente al pago, se genera una crisis de confianza, la
cual deriva en este tipo de caos. Escapada hacia el dólar, subida del precio de
la divisa, el BCRA gastando reservas para contenerla, necesidad de poner la
tasa por las nubes y recalculo de las metas de inflación. Una crisis
inesperada, repentina, pero que muestra la fragilidad en la cual nos encontramos.
No estamos en un escenario catastrófico, pero esto nos muestra que cuando el
mundo nos da la espalda, quedamos a la suerte de que los “manotazos de ahogado”
funcionen.

El pasado pisado, lo que importa es el presente y el futuro.
Si los hermanos no se juntan, si los hermanos no ponen los intereses comunes en
la mesa por sobre los individuales, los de afuera nos devoran.
Imágenes:
https://www.google.com.ar/search?rlz=1C1LENN_enAR481AR481&biw=1366&bih=588&tbm=isch&sa=1&ei=FscSW-aeINP9wATT-4yQBw&q=los+pumas+abrazo&oq=los+pumas+abrazo&gs_l=img.3...31405.34852.0.35173.17.16.0.1.1.0.112.1250.12j3.15.0....0...1c.1.64.img..1.11.891.0..0j35i39k1j0i67k1j0i8i30k1j0i24k1.0.9IecjM8CpsU#imgrc=7bkMNlQSInGW7M:
0 comentarios:
Publicar un comentario