Por Hugo Freyre
En los últimos días salió la foto que todos estaban
esperando. En una misma mesa sentados se encontraban Peña, Sturzenegger,
Dujovne y Caputo. Sobre esas cuatro personas reposa el destino del país en
materia económica. Y no fue casual dicho encuentro. La base de la conferencia
de prensa era comunicar el cambio de metas de inflación, ese número por el cual
la economía se guiará para cerrar las próximas paritarias y el ancla de las
expectativas de muchos sectores para afrontar el año que viene. Sin embargo,
quedo un sabor a poco de los lineamientos para los próximos años.

El riesgo que corre la economía en su conjunto es que la
gente se vuelque al dólar como alternativa y esto genere una devaluación, con
la disparada que vimos en los últimos días. Si se produce el traslado a
precios, se complicará el problema inflacionario, sumado al reacomodamiento de
tarifas que ya se tiene en carpeta, poniendo en jaque la estrategia de
pronosticar una nueva meta inflacionaria para recuperar la credibilidad del
Banco Central. En este punto es importante resaltar que la credibilidad es un
tema crucial a la hora de manejar los hilos del país en política monetaria, y
este año a la meta de inflación pronosticada se le erro por varios puntos,
teniendo como resultado un debilitamiento en dicha confianza.
¿Qué preocupa de acá en adelante? No es sencillo desactivar
la bomba de Lebacs que se tiene, sumado a la ardua tarea de cumplir la nueva
meta. Lo más preocupante, diría yo, es que no hay un PLAN, es decir, se
esperaba más de esta conferencia de prensa, no solo recalcular las metas de
inflación que ya todo el mundo descontaba como número imposible de cumplir,
sino que por otro lado, establecer los lineamientos de los próximos dos años de
gestión, poniendo al menos diez puntos para aclarar el panorama.
El público quiere tener noción sobre que pasara con el dólar,
con la tasa de interés, entre otras cuestiones relevantes para la macro. Este
cierre de año se enmarca en un interrogante. Lo que suceda de ahora en más
dependerá en gran medida de la forma en cómo se coordinen las distintas
políticas. Está claro que en esta puja de tasa de interés alta o baja, si se
quiere decir de una forma “gano” el Ministro de Hacienda. Por otro lado, el
Banco Central que viene haciendo una tarea ejemplar sale golpeado de esta batalla,
por un lado ante el incumplimiento de la meta planteada, y por el otro en
términos de la independencia de su política.
En conclusión, los desafíos no son sencillos. Desactivar la
bola de nieve en Lebacs, sumado a bajar la inflación y reducir la tasa de
interés para continuar con una reactivación perdurable, y por otro lado que no
se te escape el dólar con el riesgo del traslado a precios. Este laberinto
requiere de soluciones con un sustento firme y mucha coordinación, evitando los "manotazos de ahogado". El timing y la
confianza son factores imprescindibles y muy importantes.
Por otro lado, yo agregaría la necesidad de un Plan
Económico, con una banda de entre 10 y 20 puntos dando certeza sobre cómo se
afrontara cada variable y otorgando un marco de certeza. Para recuperar la
confianza hay que trazar un camino y cumplirlo. De lo contrario, la
incertidumbre y la desconfianza se apoderarán del público y en ese momento es
cuando las crisis comienzan a gestarse.
Imagenes:
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