Salimos un poco de la zona
del rock y nos insertamos en la cumbia. Este blog se mueve alrededor de temas
que pintan la realidad tal cual es. Aunque no vamos a relatar una historia de amor
como la del tema de “Tambo Tambo”, si vamos a concentrarnos en algunos tipos de promesas de campaña que suelen ser falsas, pero necesarias para llegar al poder.
Con ustedes, las falsas promesas.
-Eliminar el impuesto a las
ganancias para todos los trabajadores-. Una ilusión óptica, un lago en el
desierto, algo técnicamente incumplible en un término corto – medio de gestión
en el gobierno. Sin embargo, indispensable si uno quiere ganar. Imagino al
nuevo presidente en la primera reunión con gobernadores comunicándole que no
recibirán más la coparticipación perteneciente a ganancias. Bueno, puedo no
imaginarlo del todo, sobre todo las sillas volando por encima de la mesa. Aquí
un claro ejemplo de una “falsa promesa”.
-Una lluvia de inversiones
llegará en cuanto mostremos señales de credibilidad al mundo-. Y esa lluvia
tarda mucho tiempo. Es más, tus familiares tienen que rezar para que venga la
lluvia, ya que la sequía se hace presente. Y te das cuenta que no basta con
parecer, sino que también hay que ser. Y ser lleva más tiempo, ya que en
primera medida debes convencerte vos de lo que sos y luego el mundo te verá tal
cual sos, sin necesidad de aparentar nada. ¿A que hago referencia? Argentina no
debe mostrarse confiable, sino que debe ser confiable. Primero deben llegar las
inversiones internas, ya que seguramente el frente externo espera que nosotros
apostemos por nosotros; ¿Suena lógico no? Por lo tanto, no basta un semestre
para convertirnos en algo que no éramos, sino que son procesos lentos. Y ahora
vos me decís: “Pero si le decimos a la gente que este proceso puede llevar
años, dentro de este clima de recesión y estancamiento, seguramente las
próximas elecciones las veremos desde afuera de la Casa Rosada”. Exacto.
La gente necesita esta
mejor, y lo necesita ya. Hay cosas que pueden esperar, pero otras no como el
hambre.
Entonces si esto no levanta
rápido el apoyo que le di con mi voto se lo voy a quitar las próximas
elecciones. Esto lo entiende muy bien la política, por ello compra tiempo.
¿Cómo se compra tiempo? Vendiendo expectativas. Vivimos de la esperanza. Somos
seres humanos que nos levantamos cada día con la esperanza de no morir ese
mismo día. Planeamos nuestro día, nuestra semana, nuestro año, con la esperanza
de estar cada vez mejor. Y si la realidad es cruda, será muy difícil que en
poco tiempo cambie. Sin embargo, para el político es necesario que cambie, y lo
haga rápido, ya que hay elecciones cada dos años y su futuro depende en gran
medida del clima social y económico.
El sistema está planteado
para vender estas falsas promesas. Justo cayeron como ejemplo dos promesas del
actual gobierno, y no hay que ser injusto en el análisis, ya que mucho de los
problemas que debe sortear y en pos del cambio de la realidad fueron heredados,
pero si recorremos a lo largo de la historia encontramos muchas más, algunas
disparatadas, como los vuelos a la estratosfera que planteaba Menem. Mirando
para atrás, no nos queda otra que reírnos o llorar. Todo depende de tu estado
de ánimo.
Es importante saber leer
entre líneas. Distinguir lo posible de lo imposible, lo que puede cumplirse de
lo que no. Para ello necesitamos una sociedad despierta, informada y educada.
Seguramente será mucho más difícil que nos vendan espejitos de colores. Las
falsas promesas existieron, existen y existirán, por lo cual, hay que aprender
a distinguirlas y exigir la verdad.
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