El desafío de brindarles a los jóvenes un primer empleo es
vital para el crecimiento de un país. No solo por el impacto económico, sino
también, por lo que representa socialmente. El trabajo dignifica, y no esto no
es algo menor.
El nuevo gobierno se enfrenta con este desafío, y es
importante coordinar acciones a nivel tanto municipal, provincial
y nacional para acercar aquellas políticas públicas que tengan una agenda
centrada en permitirles a los jóvenes terminar sus estudios secundarios,
acompañarlos en los primeros años de la universidad y apuntalarlos en la
dificultosa tarea de encontrar un primer empleo.

Es evidente que se debe tomar cartas en el asunto. El fenómeno de los ninis contribuye a la
transmisión intergeneracional de la desigualdad.
Ahora bien, ¿qué se puede hacer? Teléfono para el Estado. Es
importante la implementación de Programas e incentivos a las empresas para que
comiencen a reclutar jóvenes y formarlos. Una idea podría ser la utilización de
la política impositiva a través de recortes en los impuestos para aquellas
empresas que incorporen personal que se encuentre en esta franja. Otra medida a
llevar adelante podría configurarse en otorgar créditos especiales a aquellas
Pymes que incorporen jóvenes y les permitan hacer carrera dentro de las
empresas a los mismos. Como todos sabemos, las Pequeñas y Medianas Empresas son
el motor de empleo de nuestro país, por lo cual podrían ser una importante
usina en formar una masa de trabajadores. Por otro lado, fomentar a los
emprendedores, ya que muchas personas no tienen intenciones de continuar
estudiando, sin embargo poseen importantes habilidades en alguna actividad en
la cual, con algún crédito, podría montar su propio negocio.
El último Plan elaborado por el gobierno anterior que tuvo
la mirada puesta en los jóvenes fue el Progresar, el cual implica una ayuda económica
pero cumpliendo ciertos requisitos. Alcanza a individuos de entre 18 y 24 años, que no estudian,
están desempleados o trabajan de manera informal percibiendo un ingreso
inferior a los 3.600 pesos, es decir por debajo del Salario Mínimo, Vital y
Móvil.
Es la hora de los jóvenes. El principal capital que puede
tener una empresa es el humano. Para ser
un país que brinde a todos sus habitantes las mismas oportunidades, no solo se
impone aplicar medidas que tiendan a redistribuir el ingreso, sino que también
es necesario “redistribuir las oportunidades”.
El Estado, organismo encargado de implementar políticas y de
asignar recursos en esta dirección, debe
tomar cartas en el asunto. Pero también el sector privado; gran fuente generadora de empleo, debe actuar en pos de un sector, por años, desfavorecido.
Poner en agenda a los
jóvenes y brindarles un futuro con oportunidades son requerimientos esenciales
para el desarrollo de un país. Necesitamos restablecer el equilibrio; es por
eso que necesitamos de una generación con proyección y futuro. Necesitamos de estos NUEVOS JÓVENES.
Es primordial dar pasar del paradigma NI – NI al inclusivo Y
– Y. Con trabajo y capacitación se logra el crecimiento y desarrollo tanto
económico como social.
Fuente: Diario La Nación - Ieral
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