Llego el sábado y ya se empieza a organizar el asado de
la noche con amigos. Después de la previa, el aplauso al asador y terminar de
comer llega la voz que dice “hagamos cuentas”. Se empiezan a acabar de a poco
las sonrisas y llega la hora de pagar. Un asado, un bien de lujo que los
argentinos se nos hizo costumbre y que hoy en día presenta un notorio aumento
de precios.
Luego de la devaluación efectuada por el gobierno,
necesaria para corregir el precio de la moneda extranjera, trajo consigo el
efecto secundario en los precios de los productos. Tomamos el asado como un
ejemplo, sin embargo cuando recorremos las góndolas de los supermercados nos
damos cuenta que no fue el único bien en sufrir esta disparada.
Con los salarios nominales estancados hasta las próximas
paritarias, el efecto precio pega de lleno en el salario real, aquel que le
importa al trabajador y que representa cuantos bienes y servicios puede
adquirir con lo que gana “de bolsillo”. El gobierno nacional tomo dos índices
en cuenta a la hora de efectuar la medición de la inflación, hasta reestablecer
los mecanismos que permitan volver a poner en funcionamiento el Indec. Los
mismos son el que calcula la Oficina de Estadísticas de la Provincia de San
Luis el cual arrojo un incremento del 6,5% y el de la Ciudad de Buenos Aires,
con una suba del 3,9%. Haciendo un promedio de ambos y no siendo tan pesimista,
al anualizarlos, nos arroja una inflación del 62,4%. Es cierto que no podes
tomar como parámetro este incremento inicial luego de la corrección del dólar,
sin embargo, es una importante señal de alarma para el equipo económico.
El Ministro Prat Gay estimó una inflación anual del 25%,
con lo cual las próximas paritarias oscilarán en ese porcentaje del lado del
gobierno, cuando se sienten en las mesas a discutir un número. Desde el lado de
los gremios, intentarán elevar ese piso, protegiendo a sus trabajadores de los
efectos del aumento generalizado y sostenido de los precios. Será una cuestión
que tendrá a todos con un foco de atención, ya que serán las primeras
paritarias que llevará adelante el gobierno recientemente electo.
Un claro ejemplo de lo que decimos, lo constituye las
recientes declaraciones del Ministro de Educación Esteban Bullrich, quien
intentara cerrar el acuerdo con un indicador entre el 20 y el 25 por ciento.
Cada año lectivo que comienza, es un dolor de cabeza para todos aquellos padres
que no tienen certeza que día podrán mandar a sus hijos al ámbito donde deben
estar: la escuela. Es por ello que esto marca la pauta de donde se parara el
gobierno. Desde el otro costado, la
secretaría general de CTERA, Sonia Alesso, declaro que lo que ofrece el
gobierno nacional “es insuficiente” y puso como piso un 35%.
Recursos escasos (el presupuesto), contraposición de intereses
(Estado y trabajadores) y ganarle la batalla a la inflación son puntos que se
barajan en la mesa de las negociaciones.
Un plan anti-inflacionario se hace necesario para
estabilizar la economía. No sentirnos comiendo un asado en Abbey Road como Kapanga,
y pagar precios acordes a buen asado argentino, cuna de un sector ganadero con
un potencial formidable.
Actualización: En
la última reunión el gobierno nacional le ofreció a los docentes una suba del
salario mínimo en dos tramos que rondaría el 40% luego de mitad de año. Por
otro lado, diputados de la oposición presentaron el Índice Congreso, el cual
registró una inflación del 9,9% en los últimos tres meses.
Fuente: Diario Ambito Financiero





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