Cuatro son los componentes que integran la demanda
agregada en una economía: Consumo, Inversión, Exportaciones netas y Gasto
Público. En los últimos años la economía se ha sustentado en el incentivo al
consumo, con planes como Ahora 12, que intentan estimular esta variable.
Con el cambio de gobierno, el nuevo equipo económico ha
comenzado a brindar señales que apuntara a promover la inversión (sobre todo la
extranjera) y las exportaciones. Las medidas económicas específicamente se
vislumbran en una baja de las retenciones para el sector agropecuario y la
presencia reciente en Davos, intentando cerrar acuerdos con el mundo
empresario, entre otras.
El cuarto componente y no menos importante, es el Gasto
Público. La meta del nuevo gobierno es reducir en forma gradual el rojo en el
déficit fiscal con el cual se encontró. Un
país no puede gastar más de lo que recauda básicamente, aunque la presión
tributaria en nuestro país es importante. El desafío es transformar los planes
sociales en trabajo genuino, capacitando a las personas y generando condiciones
de estabilidad en el empleo.
Es por ello que es sumamente importante la llegada
de inversiones, empresas que se comprometan a desarrollar una labor sustentable
y ofrezcan puestos de trabajo.
Sin embargo, hay que tener cuidado y defender los
intereses nacionales. Es necesario ofrecer a las empresas que vengan a sumar
capital a nuestro país reglas claras de juego, pero es sumamente importante proteger nuestros recursos naturales y humanos, es decir, salarios dignos y
cuidado del medio ambiente. Esto debe ser acompañado con una política clara en
orden a la repatriación de regalías, ya que a nuestro país no le sirve una
empresa que venga por 3 meses y luego se lleve todas las ganancias, sin
reinversión alguna.
De esta forma, pasamos a ser una economía que tendrá sus
piezas jugadas en la Inversión y las Exportaciones. Son importantes las medidas
de solucionar el atraso cambiario y abrir las importaciones, ya que nuestro
país tiene un potencial increíble a la hora de crecer en este aspecto. Las
cuestiones a cuidar en el corto plazo son el aumento de precios y cerrar con un
acuerdo razonable las próximas paritarias, sumado a la apertura de la economía
en orden a no dañar la industria nacional. En el largo plazo, se impone una
agenda enmarcada en un país que tenga una infraestructura que permita ser más
competitivos, por ejemplo, en la cuestión del transporte que luego pasa a ser
un componente del precio. Una devaluación, con el costo social que trae, nos
permite tomar aire por un tiempo en orden a la competitividad, sin embargo, en
el fondo de la cuestión y para un crecimiento prolongado es necesario tener en
agenda estas cuestiones
Con un contexto mundial en el cual Brasil se encuentra
atravesando una aguda recesión, una caída en el crecimiento de China y el
precio bajo del petróleo, nuestro país se enfrenta a un escenario complejo pero
auspiciante. Llego la hora de mostrarse confiable ante el mundo, y un probable
arreglo con los fondos buitres permitiría comenzar a caminar sobre esta senda.
Inversiones serias, fomento a las exportaciones con valor agregado, cuidado
del salario real y un gasto eficiente son pilares claves para el país que se
viene.
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