Por Hugo Freyre
“Como es la vida,
cuantas veces en el cielo, cuantas en la oscuridad. Que solo es el tiempo, el
que llevará tu vida.” Personalmente – Las Pelotas
Con el título del tema de la Renga arrancamos. Nos remontamos un tiempo atrás. Cuartos de Final del Mundial de Francia 1998. Nuestro seleccionado enfrentando a Holanda, un partido de lujo contra la “Naranja Mecánica”, día soleado y un desarrollo parejo del encuentro. Para mi gusto, uno de los mejores equipos en cancha que presento la selección en un Mundial, además de venir envalentonado por derrotar a los ingleses en octavos, con una épica definición por penales que tuvo al “Lechuga” Roa como héroe. El resultado del mismo se encontraba empatado en 1 gol a minutos de la culminación del encuentro. Por su parte, Holanda tenía un jugador menos en cancha producto de una expulsión, y Argentina dominaba las acciones. En ese momento, comienza el fatal desenlace del encuentro para nuestra selección. La agarra el burrito Ortega en el área, empieza a gambetear al defensor holandés y cae. Mira hacia el árbitro del encuentro, quién no cobra el penal, y a su vez el arquero del equipo Holandés, Van Der Sar, se acerca a nuestro 10. En ese momento el burrito se levanta y golpea con la cabeza al arquero, lo que deriva en la expulsión de Ortega, poniendo en paridad de jugadores tanto a nuestra selección como a la holandesa. En ese momento no culmina la pesadilla, sino que minutos más tarde Bergkamp, la baja en el área luego de un pelotazo magistral, elude al defensor argentino y estampa el 2 a 1 para la Naranja Mecánica. Luego de intentar contar el final de ese partido donde estaba todo dado para ganar y clasificar a semifinales, y con 8 años mirando por televisión, todavía tengo el recuerdo de esa expulsión. Nadie puede asegurar que, si el burrito hubiera continuado en cancha, Argentina hubiera ganado. Sin embargo, si se puede asegurar que dicha expulsión marco un quiebre en el partido, lo que desemboco en la eliminación de nuestro seleccionado.
No estamos acá para caerle con todo el peso y la crítica al burrito Ortega, un crack que tantas alegrías nos dio, y dueño de una de las mejores gambetas del futbol argentino. Estamos acá, para relacionar ese episodio en particular, con la historia de los últimos años, y como una decisión errónea, seguramente sin pensar las consecuencias por parte del astro argentino, te pueden sacar de una situación donde tenés todo para ganar y terminas “perdiendo” el partido. Elegir por el camino equivocado, el de la improvisación y no pensar en el colectivo del equipo por sobre lo individual, son algunas cuestiones tangenciales entre este episodio y este impulso que nos falta para lograr un crecimiento sostenible en el tiempo.
Nos remontamos a los ´90. Esta
época puede ser recordada por los dos gobiernos de Carlos Menem, donde se
destaca como medida económica central en esta etapa el plan de convertibilidad,
lo cual resultó ser un plan antiinflacionario exitoso, pero que, sin embargo,
tuvo sus costos. Mantener la paridad de un peso - un dólar fue gracias a los
dólares que entraron por las políticas de privatizaciones, lo cual no se pudo
mantener a lo largo del tiempo, como quedó demostrado con la posterior crisis
del 2001, sumado con algunas crisis internacionales que se suscitaron en el
medio, como la del Tequila por ejemplo. En este sentido, quizás el éxito del
plan haya sido anclar las expectativas y salir de una inercia inflacionaria muy
alta. Luego de la crisis del 2001, la posterior devaluación de la moneda y
condiciones de base para arrancar una época de crecimiento, producto de la
licuación del gasto, asume Kirchner en el poder. Los primeros años en el gobierno
vienen acompañados de superávits gemelos, tanto en el plano fiscal como
externo, acompañados y siendo una condición importante en el crecimiento
económico los precios de los commodities argentinos. En este sentido, fue una época
donde las condiciones externas beneficiaron a nuestro país, sin embargo, el
precio de la soja no lo “ponemos nosotros”, y aumentar el gasto público
teniendo en cuenta una variable exógena que no perdura en el tiempo, sino que
puede bajar, es un error, ya que luego para financiar ese aumento del gasto, se
produjo un aumento la presión impositiva, cuestión que le pega de lleno a la
competitividad del país. En resumen, un tipo de cambio real multilateral bueno
sumado a precios de los commodities de igual manera, son un combo que a nuestro
país le da un impulso extraordinario, ya que gran parte de nuestra economía se
basa en el sector agroexportador. Luego de las presidencias de los Kirchner,
Macri llega a la Casa Rosada. En los primeros años de su gestión se intenta
estimular algunos sectores de la economía produciendo brotes verdes, tratando
de bajar el gasto público en forma gradual y financiando el déficit con deuda.
El problema, en estos casos, es cuando el mercado decide no prestarte más, y
eso sucedió, lo que desemboca en la caída del 2018 y la decisión de acudir al
Fondo, con la finalidad de cerrar el programa fiscal. Con un préstamo récord en
la historia del FMI, y un programa que tenía como finalidad seguir recortando
el gasto, llegan las elecciones del 2019 con la victoria del Frente de Todos.
Viajar al pasado, para cambiar el presente y construir un
futuro. Es por todo esto, que la Argentina del futuro precisa de
una agenda que piense como generar un país sustentable, con menor inequidad del
ingreso y generador de empleo genuino y de calidad. En este sentido, el principal
desafío es, sin olvidarse de los problemas coyunturales, empezar a mirar y
preguntarse cuál será el rol de nuestro país en la economía mundial en los
próximos años, que incentivos hay que pensar en pos de atraer inversiones
argentinas y extranjeras, que generen oportunidades de trabajo para los
argentinos, aprovechando las distintas capacidades y la sinergia entre el
sector público y privado. El mayor éxito que puede tener la política es generar
las condiciones para que haya más empleo de calidad, educación que prepare a
las próximas generaciones para el contexto mundial que se viene, seguridad para
la población y salud pública, entre otras cuestiones.
Tenemos todo para ganar el partido. Para cambiar el
desenlace de ese Argentina – Holanda, y que Ortega no salga expulsado sino que
se la clave en el ángulo a Van der Sar, necesitamos capitalizar los errores
para construir un futuro distinto. Es necesario poner el bien del equipo por
encima de todo. No se puede volver el tiempo atrás, sin embargo, ojalá que
aprendamos de nuestros errores y pongamos a nuestro país donde se merece estar.
Imágenes:
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1 comentarios:
Para una persona, que conoce poco y nada de fútbol , el comienzo del artículo atrapa y se pregunta ...a dónde quiere llegar el autor ?. La verdad es que , con magistral pluma , logra introducirte en la historia económica nacional sintetizando los aspectos más relevantes que nos llevaron a esta situación . O equipo o individualidades . No hay duda .... equipo y sin grieta .
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