La frase del ministro de economía Pugliese,
quien formo parte del gabinete de Alfonsín, es el punto de partida para este
análisis de la actualidad Argentina. La misma fue pronunciada en medio de una
corrida bancaria para hacer referencia a dicha crisis. Hablar con el corazón
apostando al sinceramiento de la economía, muchas veces no tiene como feedback
los impactos económicos que se quieren generar, más cuando hacemos referencia a
un país donde se chocan múltiples intereses y expectativas.
Hasta aquí la bandera del oficialismo parece
ser hablar con la verdad, de frente, lo cual en algunas ocasiones resulta
excesivo, traduciendo dichas palabras en medidas económicas, como por ejemplo
el caso del tarifazo, donde se vió un aumento desmedido para lo que pueden
aguantar los bolsillos argentinos. Esta
perfecto mostrar la realidad tal cual es, sin embargo, es necesario cuidar el
costado social a la hora de tomar medidas que impactan en el ingreso de las personas.
En el caso particular del blanqueo, todavía
no se conocieron datos oficiales que demuestren un éxito de la medida, sin
embargo, parece ser que existe un sesgo de especulación y que todavía no se vió
un gran interés por poner al día las cuentas. Más a sabiendas que ciertas
provincias no adhieren al blanqueo, más aún, son pocas la que si lo hacen, lo
que constituye un freno a la hora de sumar voluntades para blanquear.

Otro ejemplo donde se vislumbra la tan
recordada frase del Ministro Pugliese se da con el tema de las inversiones. La tan mencionada lluvia de inversiones
todavía no llego. Es cierto que se produjeron muchos anuncios importantes,
algunos de los cuales tuvieron lugar en el Mini Davos celebrado en Buenos Aires
y donde se encontraron ejecutivos de importantes multinacionales. Sin embargo,
lo que los inversores buscan es una estabilidad, tanto en lo político como en
lo social. Sin dudas que para ello, son claves las elecciones legislativas del
año que viene, para las cuales el Pro apuesta fuerte a obtener mayorías en el
Congreso que le permita sacar adelante las leyes necesarias que sean los
vehículos de su política económica, sin pagar costos extras.
En una economía es importante el shock de
confianza. Diría que muy importante. Sin embargo, lo que garantiza una
estabilidad macroeconómica son las medidas políticas, el apoyo social a las
mismas y una cuota de gobernabilidad. Hablando en criollo, no basta con
transmitir esperanzas de un futuro mejor, sino que la población, inversores y
todos los sectores que ocupan este territorio buscan un horizonte de largo
plazo traducido en políticas claras y sustentables en el tiempo. La sociedad
asumió el peso de la crisis, y actualmente busca resultados concretos.
Es cierto que la restauración de la confianza
no es un proceso corto. El nuevo gobierno todavía no cumplió su primer año, y
las medidas económicas tomadas tienen un cierto tiempo para que impacten. Tiene
ciertos logros bastantes marcados como la salida del cepo sin fuertes impactos
en la economía (aumento en la inflación esperable), así como el arreglo con los
fondos buitres con una importante quita.
En este camino sinuoso hacia las distintas
metas que se planteó el gobierno, el mismo debe lidiar con estos procesos de
respuesta a las medidas que se toman. Éstas muchas veces consiguen objetivos
diferentes a los que el hacedor de política económica quiere lograr. Y allí es
cuando el ciudadano, “responde con el bolsillo”.
Imagen:
https://www.google.com.ar/search?q=plaza+de+mayo+asuncion+macri&rlz=1C1LENN_enAR481AR481&espv=2&biw=1242&bih=535&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwj77ZOOyLfPAhWDhZAKHaZIAfIQ_AUIBigB#imgrc=MBvAfF7x0A1_mM%3A
0 comentarios:
Publicar un comentario