Esta persona cobra millones
y no sirve para nada. En todos lados rinde pero cuando nos tiene que
representar a nosotros no se encuentra a la altura de las circunstancias. Este
técnico gana todos los partidos y cuando llegamos al mundial nos vamos en
primera ronda.
Frases que constituyen la
opinión pública argentina nos marcan bastante como sociedad. Más que un
artículo, es una nota de opinión, y no constituye una crítica sino un análisis
subjetivo de lo que aconteció en las últimas tres finales pérdidas y la copa
del mundo durante el año 2002, para desembocar en una relación social entre
estos sucesos.
Argentina tenía el factor
diferencial en ambos casos, esa ventaja comparativa con respecto a sus
competidores que lo hacía ampliamente favorito para obtener el mejor resultado
posible: traer de vuelta la copa. En las últimas tres finales se llamaba Lionel
Messi, mientras que en la Copa del Mundo jugada en el año 2002 el hombre era
Marcelo Bielsa. El mejor jugador del mundo y un técnico que marco un estilo de
juego, una generación de nuevos entrenadores y un estudioso del juego. ¿Qué
paso? Lo que todos sabemos, eliminación en primera ronda en el Mundial de la
Mano del “Loco” y 3 finales pérdidas que tuvieron como principal blanco de
ataque al número 10. ¿Consecuencias? Entre la más reciente, recién salida del
“horno” se encuentra el posible alejamiento de Lio de la selección, y por otro,
la crítica desmedida contra Bielsa en su momento, quien había logrado victorias
contra los más poderosos en condición de visitante y una eliminatoria ejemplar.
Ahora veamos un poco el
clima social y la cultura del individualismo argentino. ¿Por qué toda la
crítica recae en nuestro principal potencial de turno?; ¿Cómo sociedad siempre tendemos
a criticar y exigir al máximo a quien se destaca y no potenciamos su
diferencial?. Quizás la respuesta sea afirmativa. ¿Nos falta aprender a
trabajar y jugar en equipo, además de tener un plan de juego? Esto se aplica a
la política y la economía, estrategias pensando en el largo plazo y en que país
queremos para nuestro futuro, o por el contrario, vivir improvisando y
criticando a quien toma las decisiones.
Es necesario hacer un mea
culpa y preguntarnos la causa del éxito de nuestros jugadores, recursos humanos
en otras tierras, cuando muchas veces aquí son criticados. ¿En otros países se
valorara más la película y no la foto?. La foto demostrará el rosto de Bielsa y
Messi con lágrimas, mientras que la película jugadas, goles, sistemas tácticos
bien diseñados e implementados, equipos que van al frente con una identidad de
juego.
Los recursos humanos
argentinos tienen un potencial impresionante y una capacidad de adaptabilidad a
diferentes contextos asombrosa. Quizás por ello triunfen en otras zonas geográficas
como el viejo continente. Será nuestro desafío como sociedad comenzar a ver la
“película”, es decir, leer los procesos históricos, de donde venimos para
evaluar hacia donde vamos, en términos de metas específicas diseñadas en un
debate profundo. Hay muchos factores exógenos que influyen sin lugar a dudas,
el árbitro en un partido, crisis económicas de nuestros principales socios
comerciales en el frente económico, sin embargo, es necesario potenciar
nuestras habilidades y trabajar en conjunto si deseamos el desarrollo de
nuestro país, atendiendo los aspectos sociales, económicos y medioambientales.
No es una defensa hacia
Messi o Bielsa, ellos tienen la inteligencia suficiente como para hacerlo por
su cuenta. Tal vez debamos aprender que el éxito no radica en el resultado,
sino en el proceso y el manejo de recursos, sacando la mayor rentabilidad a los
mismos y propiciando el trabajo en equipo, aunando esfuerzos en lugar de
dividir y comparar.






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