Por Hugo Freyre
Un nuevo gobierno comenzó su mandato y con ello jugo sus
cartas iniciales en sus primeros días de gobierno. Con el reciente paquete de
medidas aprobado por el Congreso, se busca un ahorro del PIB encaminado a no
deteriorar el déficit fiscal, y por el contrario, apostar a un equilibrio en
las cuentas públicas. En este juego de sabanas cortas que es la economía, donde
en cada medida algunos sectores pierden, el campo es uno de ellos con el aumento
de las retenciones, y por el otro, la posibilidad de que el presidente decrete
el aumento que recibirán los jubilados el próximo año, sumado al bono otorgado
a los que perciben la mínima, por lo cual, todavía no se tiene certeza si
tendrán una pérdida en su poder adquisitivo en términos reales, esto es, que
resultado obtendrán frente a la inflación. Por otro lado, la presentación del Plan de lucha contra el hambre y la distribución de las primeras tarjetas alimentarias en consonancia con algunas medidas tendientes a reactivar el consumo.
Sentarse a negociar. Una de las primeras tareas del
nuevo gobierno es sentarse a negociar con el FMI, frente a los vencimientos del
próximo año. Para convencer al fondo, es primordial tener un plan
macroeconómico y fiscal consistente y congruente que te asegure obtener los dólares
que te permitan hacer frente a las próximas amortizaciones de capital e
intereses. Poner en la mesa un flujo de fondos en donde les muestres que podrás
hacer frente a los vencimientos, o que por lo menos, tenes la intención, los mecanismos y el apoyo de distintos sectores para honrar el pago de la deuda. En este esquema y coyuntura, es donde se plantean las nuevas
reformas, y por ello, gran parte del éxito de los primeros años de este
gobierno dependen de esta negociación. Obtener un plazo de gracia en el pago de
las primeras cuotas o una quita de intereses son algunas de las salidas que se
pueden negociar.
Impuesto al verde. Una de las medidas aprobadas es gravar
la compra de dólar turismo y ahorro. Esto implica, que sumado al cepo, el
paralelo se dispare. Con la presencia de las distintas alícuotas de
retenciones, genera una segmentación de tipos de cambio. Por otro lado, esta
medida le permite al Banco Central bajar la tasa de interés de política monetaria,
sin que ello afecte la cotización de la divisa estadounidense, posicionando la
mayor parte de las inversiones en pesos. Esto es, ante la imposibilidad de
quienes tienen la posibilidad de ahorrar en dólares en forma libre, la
inversión en pesos aparece como la opción más potable para los excedentes del
límite mensual autorizado. Este freno a la caída de la demanda de dinero, le da
respiro a la tasa de interés que se encontraba en niveles altos, con la
intención de comenzar a reactivar la economía. Con el crédito y la inversión ancladas,
no hay horizonte de largo plazo a la vista.
Inyección al consumo. Por otro lado, se apuesta a la
reactivación vía consumo. Esto puede constituirse como una solución de corto
plazo, ya que la inyección de pesos en la economía, si no es acompañada de una
mayor cantidad de bienes y servicios, genera un excedente de pesos lo que se
traduce en mayor inflación, vía aumento de la oferta de dinero o la caída de la
demanda de dinero, ya que la gente quiere desprenderse de los mismos. En otras
palabras, todo el aumento que te dan en términos nominales, la inflación te lo
saca, y hasta te hace más pobre que en la situación de partida. Entonces, el
Estado puede sacarte del pozo inyectando consumo, mayor obra pública, pero
hasta cierto punto en donde al sector privado hay que otorgarle los incentivos
correctos para que comience a motorizar la economía. Una reforma impositiva
seria y consistente, que muestre un camino de baja gradual en los impuestos,
sumado a un plan económico, monetario y fiscal mayor a dos años pueden ser
alicientes que le otorguen al sector privado la brújula para focalizarse en
producir con mayor certeza y tranquilidad.
¿La timba financiera o el motor del desarrollo?. En otros países, se considera al mercado de
capitales el lugar donde confluyen las fuerzas de la oferta y la demanda de
instrumentos de inversión, los cuales tienen diferentes nombres de acuerdo a
sus características y su emisor. Acciones, bonos, fondos comunes de inversión,
opciones financieras, entre otros instrumentos que le permiten conectar al
inversor con la contraparte. Es un medio de financiación, de transmitir los
excedentes del público hacia las empresas, por ejemplo, en el caso de las
acciones. En este caso, estas adquiriendo una parte de la empresa, por lo cual,
esto se traduce en una vía de financiamiento distinta de las tradicionales,
como puede ser un crédito bancario. Esto es muy importante para el desarrollo
de la economía en su conjunto. Por otro lado, las tasas altas en pesos (en
términos nominales) a las que puede acceder un inversor son producto de que la
economía se encuentra muy lejos de su óptimo, y por lo tanto, para captar
inversiones en pesos es necesario tenerla en esos niveles. No es una timba, es
un mercado como cualquier otro, por ello, castigar al inversor, es castigar el
crecimiento a largo plazo de un país. Mayor ahorro traducido en mayor inversión
te brinda las condiciones para generar empleo genuino y crecimiento.
Numerosos son los casos de los países con una economía saneada y un
mercado de capitales profundo en términos de volumen. Por esto es importante no
castigar al inversor, encontrar los mecanismos correctos para incentivarlo, y
así generar un círculo virtuoso en este aspecto.
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